Es un hecho que muchos padres no entienden por qué sus hijos son agresivos, maleducados, distantes o, en ciertos momentos, verdaderos dictadores. ¿Qué hay detrás de todo esto? Y lo más importante ¿se puede solucionar?

El objetivo de esta entrada es ser la primera de una serie de escritos breves que ayuden a padres, tutores, psicólogos y educadores a entender los comportamientos de los niños adoptados o gravemente traumatizados.

La clave del comportamiento: Su cerebro.

Debemos recordar que el cerebro de un niño que en su infancia ha vivido situaciones de abuso, negligencia, maltrato o cualquier tipo de evento traumático repetitivo, no crece de la misma manera que el de un niño cuya infancia se ha visto desprovista de estos sucesos.  Para entender esto, debemos ir poco a poco entendiendo cómo se desarrolla el cerebro.

El cerebro humano se desarrolla a lo largo de toda la vida, pero es durante la infancia cuando se produce más crecimiento y más cambios en él. Las estructuras cerebrales se crean en el niño por el simple hecho de ser “humano”, pero que tenga las estructuras no quiere decir que éstas funcionen adecuadamente. No es suficiente con pertenecer a la especie humana para tener un cerebro desarrollado. Lo que nos hace personas es precisamente, la interacción con el resto de las personas. Por ejemplo, de poco sirve tener las estructuras del lenguaje (hablar, escuchar, comprender…) si nadie nos habla ni interacciona con nosotros. Un niño que no es estimulado en el lenguaje, no podrá hablar aunque las estructuras cerebrales estén intactas.

Sabiendo esto resulta más fácil entender por qué un niño que ha sido abandonado o maltratado es a veces cambiante en su comportamiento. Por qué a veces no puede querer. Si nadie le ha enseñado a querer, difícilmente sus estructuras cerebrales estarán preparadas para tal función . Sin embargo, la buena noticia es que esto puede ir cambiando poco a poco.

En la próxima entrada veremos más sobre el cerebro de los niños, profundizando en su desarrollo para entender cómo son sus pensamientos, cómo comportarnos para ayudarles a crecer sanos y en caso de niños traumatizados, estrategias para ayudarles a vivir mejor y más seguros en su día a día.