La explotación infantil
es un término que incluye tanto el trabajo forzoso hasta la explotación sexual, el reclutamiento de niños soldado o la esclavitud doméstica. En todo el mundo, 85 millones de niños
y niñas sufren formas insidiosas de violencia, explotación y abuso. Se trata de una de las violaciones de derechos humanos más graves que los adultos pueden ocasionar a las niñas y niños a día de hoy.
Los niños de los entornos humanitarios, zonas que requieren ayuda de las Naciones Unidas, son especialmente vulnerables. Aunque la violencia contra los niños no conoce fronteras. Se da en cada país y en los lugares donde los niños deberían estar más protegidos. Durante el conflicto armado, los desastres naturales y otras emergencias, muchos niños se ven obligados a abandonar sus hogares, y en ocasiones son separados a la fuerza de sus familias y se exponen a la explotación y el abuso por el camino. Muchos niños resultan heridos o mueren a causa de las armas explosivas del conflicto, y a otros los reclutan en grupos armados. Además, la amenaza de la violencia por razón de género afecta con más crudeza a las mujeres y las niñas.
Algunas formas de explotación infantil más extendidas son las siguientes:
- La trata infantil: La pobreza, la globalización y la consiguiente demanda de mano de obra barata han provocado una demanda sin precedentes de menores trabajadores.
- La explotación sexual: Cerca de 1,8 millones de niños en todo el mundo son explotados sexualmente con fines comerciales. La mayoría de ellas, son niñas, obligadas por adultos a ejercer la prostitución o utilizadas en la industria pornográfica y en el turismo sexual.
- Niños soldados: Desde guerras como Angola, Afganistán, Sierra Leona o Sudán del Sur han utilizado a los más pequeños para la primera línea de batalla. Algunos tienen solo 7 años.
- Matrimonio infantil: Se prevé que durante la próxima década 100 millones de niñas serán forzadas a casarse antes de cumplir los 18 años.
- Trabajo infantil:
forzoso por endeudamiento: Es un tipo de explotación en la que el menor contrae una deuda con su patrón y es obligado a trabajar hasta que pague lo que debe. Se da a menudo en países como India, Nepal, Pakistán y Bangladesh.
- Trabajo forzoso en la mina y en la agricultura: A pesar de que la mina es uno de los trabajos más peligrosos del mundo, 1.200.000 de niños y niñas trabajan en la mina en África occidental, Asia y Sudamérica. Además, del trabajo agrícola es una realidad para 132 millones de niños y niñas menores de 15 años en todo el mundo. Algunos en condiciones de esclavitud increíblemente peligrosas.
- Esclavitud doméstica:
Esta es la realidad de más de 40 millones de niños y niñas: trabajan como empleados domésticos. Este tipo de explotación infantil sucede en su mayoría a niñas que sufren castigos extremos como golpes con planchas ardiendo, flagelaciones y quemaduras con agua hirviendo.
Sea cual sea su historia o sus circunstancias, todos los niños tienen derecho a estar protegidos de la violencia, la explotación y el abuso. Los sistemas de protección de la infancia son necesarios en este tipo de situaciones, ya que ayudan a los niños a acceder a servicios sociales esenciales y a sistemas de justicia imparciales desde que nacen. Dan prioridad a las necesidades físicas, mentales y psicosociales de los niños con el fin de salvaguardar sus vidas y sus futuros.
Escrito por: Marta Díaz Fernández.
Referencias bibliográficas:
https://www.savethechildren.es/trabajo-ong/pobreza-infantil/pobreza-y-explotacion-infantil https://www.unicef.org/es/protecci%C3%B3n-infantil